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¿Alguna vez te has preguntado por qué así te maquilles correctamente con productos específicos para cada zona de tu rostro, el maquillaje se cae, brillas excesivamente o tu piel luce acartonada?
En la mayoría de los casos, la razón de que pase esto es por no tratar la piel previamente con productos que ayudan a preparar el rostro para que el maquillaje tenga mayor duración y se adhiera a la piel.
Un producto muy importante para la elaboración de un make up de acabado profesional y de efecto prolongado, es el primer. Esta es una prebase que se aplica sobre el rostro limpio y por lo general, se utiliza después de la crema hidratante y antes de colocarnos base en el rostro. Este glorioso producto no solo ayuda a corregir la textura de la piel, sino que neutraliza el exceso de grasa en el rostro, atenúa poros dilatados e interviene directamente en el perfeccionamiento instantáneo de la superficie de la piel. Además de todo esto, disimula arrugas y líneas de expresión, por lo que es imprescindible incluirlo en tu rutina de maquillaje para evitar que la base se cuartee. Lo bueno es que si no tienes una brocha puedes aplicarlo con los dedos extendiendo el producto hasta formar una película delgada cubriendo la zona que deseas perfeccionar.
Existen diferentes tipos de prebases en el mercado: los que son en crema (específicamente para atenuar imperfecciones en el rostro) hasta los de barra y polvo, que fijan productos en los párpados o mejillas. Pero son muy pocos los que logran ambas cosas y que funcionan en climas extremos. Este es el caso del primer Perfect Stay de Ésika, una prebase de textura ligera que cierra poros, disminuye manchas, atenúa arrugas y líneas de expresión; también matifica, empareja y se adapta al tono de piel, además de prolongar el maquillaje y dejar respirar los poros del rostro. Esto último es muy importante a tener en cuenta al momento de escoger el primer correcto y así evitar erupciones y puntos negros que pueden aparecer en la cara.
Como dijimos antes, no hay nada más importante que una piel limpia e hidratada. Cuando hayas realizado tu rutina diaria de cuidado de la piel, podrás aplicarte el primer y colocarlo directamente en partes que deseas corregir. Si tu piel no tiene muchas imperfecciones, solo basta con colocar cuatro puntos en forma de cruz sobre la cara (frente, mejillas y mentón) y esparcirlo hacia los lados con las yemas de los dedos. Algo muy importante de recalcar es que luego de terminar de colocar el primer, debes dejar pasar por lo menos 5 minutos antes de aplicar los demás productos para extender su efectividad.
Aplicar corrector en las zonas que deseas ocultar como ojeras, manchas, marcas o erupciones. También úsalo para iluminar la frente, tabique nasal o lados de la nariz. Si buscas uno de cobertura completa usa el corrector facial profesional.
Si vas a crear o disminuir volúmenes en tu rostro aplica la barra del contouring en bordes del mentón, frente, lados del tabique y debajo del pómulo.
Antes de aplicar la base asegúrate que sea del tono de tu piel y aplícalo con una brocha de pelo sintético extendiéndola por el rostro y cuello para unificarlo. Si quieres ver tu piel fresca, hidratada y rejuvenecida, prueba la nueva base Radiance.
Aplícate rubor en las mejillas y sella tu maquillaje con polvos traslúcidos.
Lleva en tus labios un labial mate pero que no te reseque los labios. Si eres fan de los tonos nude, prueba el color Canela Nude de la línea Color HD Velvet.
Sin duda alguna, el primer nos salva en días calurosos y al llevarlo, nuestro rostro se verá como recién maquillado. Incluyan este paso siempre y notarán la diferencia en su rostro entre el maquillaje de antes y después de haberlo incorporarlo a su rutina.
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