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    Ante lo inevitable, siempre tendremos igual dos opciones: elegir renegar por lo que nos pasa o adaptarnos al cambio, reconocer y aceptar que no podemos tener todo bajo control, y reconocer qué sí podemos hacer para vivir de la mejor manera. Lorena Salmón, autora del blog queseasmuyfeliz, nos deja en esta nota 4 consejos de cómo ser más flexible al cambio que nos ayudarán a afrontar las situaciones que nos toca vivir.

     

    Mindfulness
     

     

    Una de las grandes lecciones de vida, que aprendí de un monje budista que había permanecido aislado en las montañas, fue que, si queremos vivir en calma y sin sufrimiento, es indispensable aceptar las emociones y no luchar contra lo que nos pasa.  

    ¿Por qué es importante aceptar las emociones? Les pongo un ejemplo: imagínense que están en un día soleado en la playa y de pronto, aparece una nube negra que les tapa el sol. ¿Pueden hacer algo contra esa nube negra? La respuesta es no. Sí, yo también quisiera soplarla para que se vaya, pero no se puede. Hay cosas que escapan de nuestro control.

    Por eso, si tomamos una actitud de rechazo ante nuestra realidad y no podemos hacer mucho para cambiarla, nos frustraremos. Pero como todo en la vida tiene un lado positivo, hay cosas que podemos hacer al respecto y te vamos a contar cuales son.

    1. Primero hay que aceptar las cosas

    Aceptar no significa aprobar: que aceptemos una situación no significa que nos guste, la deseemos o la hayamos escogido, significa que podemos adaptar la situación. Es ir soltando resistencias internas con respecto a cualquier situación, nos permite adaptarnos a cambios inesperados y tener escucha activa con nosotros mismos. Es estar en paz con lo que es, y lo que es puede desencadenar cualquier situación complicada como una cuarentena, puede ser doloroso, retador, aleccionador.

    Cuando aceptamos tomamos distancia para observar: cuando aceptamos lo que es y sabemos en qué queremos cambiarlo, nos enfocamos en buscar soluciones más efectivas, nos miramos hacia adentro para descubrir nuestras fortalezas, esas que nos van a permitir modificar lo que podemos cambiar.

    2. Aplica la técnica: Mentalidad de principiante

    Esta es una técnica infalible para lograr mayor flexibilidad mental, se trata de observar todo como si se tratara de nuestra primera vez en eso, es poder aproximarnos a las experiencias con interés y curiosidad, como si realmente estuvieran pasando por primera vez. De esta forma evitamos juzgar la realidad: esto es bueno o esto es malo, simplemente la observamos sin clasificarla, etiquetarla, con la suficiente atención para adaptarnos a la misma.

    Acepta los cambios
     

     

    3. Presta atención a tus emociones positivas y negativas

    Es importante atender lo que sentimos, hacerle caso, pensarlo, habitarlo y no almacenarlo. Es una constante en los seres humanos que tendamos a corrernos de las emociones que nos generen dolor, debemos aceptar esta emoción y dejarla ir.  En cuanto a las emociones positivas, abrázalas, ellas nos abren a nuevas posibilidades, mejoran nuestras habilidades y nuestra salud.

    4. Busca la felicidad dentro de ti

    Creo que este es el consejo más sabio para enfrentar cualquier cambio: tenemos que interiorizar la siguiente verdad suprema “los únicos responsables de nuestra felicidad somos nosotros”, así que, bajo esa premisa, hay reconocer que nuestras decisiones y acciones tienen consecuencias sobre nuestra vida.

    Es nuestra responsabilidad entonces tomar los cambios con una actitud flexible, reconociendo en nosotros las capacidades y fortalezas internas que nos han permitido enfrentar todo tipo de retos, todos esos que ya hemos alcanzado a sobrepasar y confiar en nosotras mismas.

    Recuerden que nosotras elegimos como sentirnos diariamente, concentrémonos en el presente, viviendo un día a la vez con sus dificultades y risas.

    “No tenemos poder sobre la corriente del mar, ni sobre la fuerza del viento, pero podemos aprender a correr una ola”.

     

    Acepta los cambios